La lengua del club

José, compadre maño, hazte un cursito de catalán, que el presidente Sandro Rosell dice que “es la lengua del club” y que la mejor manera de “demostrar” el sentimiento hacia el equipo es hablarlo en las plazas de los pueblos, en los bares de alterne, en los campos de concentración y en los rincones más inhóspitos del planeta, desde Mordor hasta el Metro de Madrid, pasando por la valla de Melilla y por el dormitorio de Raquel Mosquera, por ejemplo.

No, ahora en serio: ni se te ocurra hacer ese cursito.

La expresión “la lengua del club” me suena a imperialismo, a totalitarismo, a carcoma y a nacionalismo decadente. La lengua del Imperio Romano y del putero de Pompeya fue el latín; la del III Reich y del oficial de las SS, el alemán; la del Imperio Azteca y la del joven que huye del sacrificio melgibsoniano, el náhuatl; la del FC Barcelona y del aficionado culé de un pueblo de Cádiz o de Ciudad Real, ¿el catalán? Vamos, no me jodas.

José, compadre mío, sé que a ti -como a la mayoría de los aficionados culés- te la soplan este tipo de declaraciones. Qué quieres, hijo, no te veo celebrando un gol de Messi bailando la sardana y con la barretina enfundada y gritando “independencia” en lugar de “vaya golazo, cómo os escuece a los vikingos” –conste que me jode más el segundo grito que el primero, como bien sabes-.

Hay que ver, aún así, la putada que os están haciendo los dirigentes de vuestro Barça a los aficionados no ya no catalanes, sino no nacionalistas. Rosell quiere que, además de tener el carné del club, tengáis en vuestra casa un póster de Companys y de Carod Rovira, corona de espinas incluida. Rosell os quiere ver en primera fila en la Diada, y si quemáis una bandera nacional –española, digo-, lo mismo hasta os hace socios de honor y tenéis el privilegio de compartir palco con Artur Mas o con algún hijo corrupto e imputado de Jordi Pujol. Y eso es para hacérselo mirar.

El presidente del Espanyol, Joan Collet, dice que “ningún club” dispone de “la exclusiva ni la patente de la catalanidad”. Yo creo que no lo dice por despolitizar el asunto, sino por celos, porque Rosell se le ha adelantado. Recordemos la última asamblea perica y la que se montó, estelada blanquiazul incluida. El Espanyol ya no es tan españolista.

José, amigo, no sucumbas ante tanto gilipollas y sigue jodiéndome en plan futbolístico, cuando Mourinho diga alguna burrada o cuando Cristiano Ronaldo se marque en propia puerta, que yo haré lo mismo cuando Varane os elimine de la Copa del Rey o cuando caigáis ante el Granada, que es un equipo pequeño, pero tiene unos cojones…

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